¿Sufres de bruxismo? Entonces es muy probable que conozcas los planos de relajación.

Los planos de relajación son esos pequeños dispositivos, muchas veces desarrollados en materiales rígidos (como acrílicos) que se colocan entre las dos arcadas dentarias para evitar la presión de la fuerza excesiva ejercida entre ellas.

También llamadas placas de relajación neuromuscular, su principal tiempo de uso se da en cuadros de estrés, ansiedad o posición durante el sueño que llevan a tensionar la mandíbula y por consiguiente, provocar dolor dentario y muscular, desgastes dentales, llegando a generar hasta fracturas dentales.

Aunque se pueden utilizar durante cualquier momento del día, en general su uso es nocturno dado el hábito inconsciente de apretar los dientes mientras duermes.

También llamadas placas de relajación neuromuscular, su principal tiempo de uso se da en cuadros de estrés, ansiedad o posición durante el sueño que llevan a tensionar la mandíbula y por consiguiente, provocar dolor dentario y muscular, desgastes dentales, llegando a generar hasta fracturas dentales.

Es importante señalar que el plano de relajación hoy, a pesar de ser una herramienta común y que se expende sin receta en diversas farmacias, no es algo que deba auto indicarse de manera ligera. Todos los expertos coinciden que en materia de bruxismo, es importante tener un correcto diagnóstico de manera profesional para tratar como corresponde esta condición que no necesariamente se debe tratar con un plano de relajación.

De todas maneras, si adquieres uno acá hay algunos consejos básicos:

  • El plano debe debe quedar lo suficientemente ajustado para no correr el riesgo de atorarse con él, pero lo suficientemente holgado para que no dañe encías y moleste en los dientes.
  • Es posible experimentar un poco de salivación extra y molestias las primeras veces de uso, pero es algo completamente normal.
  • El plano de relajación debe ser higienizado de manera regular con un cepillo de dientes diferente al que utilizas para limpiar tus dientes y con jabón líquido de baño, NO con pasta de dientes.
  • Guardarlo siempre en la caja que te entrega tu odontólogo para que no corras el riesgo de que se rompa por una caída o se pueda perder.
  • Visita con regularidad a tu dentista para que determine el tiempo de vida útil que le queda a tu plano de relajación.